UAM estudia dinámica territorial de Covid-19
La velocidad y la intensidad de la transmisión se manifiestan a ritmos distintos en cada estado, de tal suerte que puede afirmarse que hay 32 formas de la epidemia evolucionando en el espacio y el tiempo.
Investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), que forman parte del Grupo Interdisciplinario de Análisis Territorial (GIAT), estudian la dinámica territorial de la COVID-19, con el propósito de dar seguimiento a los casos de la enfermedad en entidades federativas y municipios de México para mostrar velocidad, intensidad y patrones geográficos de propagación.
La velocidad y la intensidad de la transmisión se manifiestan a ritmos distintos en cada estado, de tal suerte que puede afirmarse que hay 32 formas de la epidemia evolucionando en el espacio y el tiempo. Además, la visualización cartográfica de los datos sobre casos activos y defunciones permite identificar patrones territoriales de dispersión/concentración de la infección, dijo el doctor Sergio de la Vega Estrada, profesor del Departamento de Política y Cultura de esa casa de estudios.
Por ello, el GIAT busca producir un reporte gráfico dinámico en formato PowerPoint que contribuya “a la indagación sobre la pandemia que a todos nos preocupa” y, en particular, a aportar elementos que determinen la existencia de distribuciones espacialmente sistemáticas de los contagios activos y las defunciones por el coronavirus en el país.
Comento que este proyecto se generó en el Laboratorio Geoestadístico de la Unidad Xochimilco, creado en 2011 con presupuesto de la Red Temática de Pobreza y Desarrollo Urbano del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), y donde “hemos trabajado en manejo estadístico y geográfico” para observar y proporcionar información sobre una diversidad de temas.
“Pretendemos que el proyecto sea sintético y descriptivo”, por lo que en un principio se han elegido dos variables: casos activos y fallecimientos, ya que los resultados nacionales y estatales revelan diferencias sobresalientes”.
La idea, indicó, es contribuir al mejor entendimiento de este fenómeno y proseguir estudios relacionados con la pobreza o la pertenencia a comunidades indígenas, entre otros asuntos.
Respecto de la metodología, De la Vega Estrada sostuvo que hay elementos relacionados con “las dos caras del problema que delimitan la emergencia sanitaria por el COVID-19: casos dictaminados como activos y tasa de letalidad como factor de daño final”. Los primeros consideran a aquellos confirmados en 14 días, lapso establecido en que aparece el padecimiento; el uno es el 26 de febrero de 2020 por haber sido el primero en los archivos, así es que la catorcena inicial se cumplió el 10 de marzo último.
Los decesos se acumulan por día transcurrido y los primeros fueron registrados el 18 de marzo, en el Estado de México y Durango, mientras que los datos son actualizados cada día, en función de la disponibilidad de la información.
Las fuentes para este trabajo son los reportes diarios desde los dos mil 457 municipios; el gobierno federal; el Conacyt, y la Secretaría de Salud, a partir del 15 de junio, lo que hizo posible precisar que 51 por ciento de circunscripciones tenía casos activos y 49 por ciento no.
Otro hallazgo ha sido que a escala municipal, la epidemia se ha dispersado de manera progresiva a lo largo del territorio nacional, sin embargo, se concentra en un conjunto caracterizado por la mayor densidad demográfica e interconexión.
La gobernanza local importa, en especial en lo que se refiere a las medidas de mitigación adoptadas por las autoridades en los niveles federal, estatal y municipal, así como por la capacidad para gestionar cada estrato del sistema de salud y la infraestructura hospitalaria ante la contingencia.
El equipo de expertos reportará cada dos miércoles mediante gráficas y mapas, así como con reseñas periódicas la dinámica espacial del COVID-19. Esto comprenderá la clasificación de los estados en tres partes, con la finalidad de expresar etapas de los procesos: meseta, cima y ascenso de la pandemia.