Policía Federal detiene a 60 migrantes en Sonora
Los centroamericanos viajaban en un autobús cuando fueron interceptados por los elementos policiacos
Desde las 23:00 horas de este jueves, cerca de 60 migrantes que viajaban en autobús de la capital de Sonora con dirección a la frontera con Estados Unidos fueron detenidos por personal de la Policía Federal para remitirlos a una estación migratoria.
Uno de los migrantes detenidos y que denunció el hecho afirmó a Capital Media que desde antes la media noche y hasta las 8:30 horas del viernes (tiempo del centro de México) los mantuvieron en movimiento dentro de tres “perreras” de Migración escoltados por una patrulla de la Policía Federal sin darles más información; entre los detenidos hay mujeres y menores de edad.
“No hemos dormido nada, no hemos comido, no sabemos qué hacer y nadie nos apoya porque Derechos Humanos nos dijo que nos iba a apoyar pero nunca los vimos ni nada por el estilo”.
En ocho horas y media tampoco se les permitió ir al baño por lo que “algunos, incluso, tuvieron que hacer sus necesidades en las mismas perreras”, por esa razón se dicen preocupados también por la integridad, la salud y la grave violación a sus derechos humanos.
Relató que “se supone que íbamos en uno de los buses de la caravana y esos federales nos detuvieron y nos bajaron y nos metieron a unos carros a puro engaño porque nos dijeron que solo iban a revisar documentos y nos subieron y acá estamos todavía”.
Las personas migrantes fueron detenidas en la Carretera Hermosillo-Nogales, 28 kilómetros antes de llegar a Santa Ana, Sonora.
El migrante entrevistado por Capital Media dijo que lo único que pudo saber es que ya eran llevados a un centro de detención migrante de Agua Prieta, en Sonora.
Desde el punto donde fueron detenidos hasta Agua Prieta, no debería recorrerse en más de 3:30 horas y sin embargo las autoridades que los detuvieron, estuvieron al menos 8 horas y media dándoles vueltas por la zona, por lo que los desviaron de su destino original que era Tijuana, Baja California para sumarse con el grueso del éxodo centroamericano que busca cruzar la frontera con Estados Unidos.
Este grupo de migrantes forma parte del éxodo que comenzó a entrar a territorio mexicano a partir de 19 de octubre, y desde entonces no se había dado ninguna detención o deportaciones no solicitadas por los propios migrantes salvo a quienes de acuerdo con la Secretaría de Gobernación, eran infiltrados que cometían actos ilícitos o intentaban entrar ilegalmente al país.
De acuerdo con la denuncia de uno de los migrantes, el grupo iba viajando a bordo de un camión con el rótulo 150 y cuando se detuvieron a comprar víveres en una tienda de autoservicio sobre la carretera, fueron interceptados por los policías.
Activistas en defensa de derechos humanos confirmaron que el grupo de migrantes, entre ellos mujeres y menores de edad, fueron detenidos y es probable que sean deportados a sus países de origen.
El Doctor Omar García Sandoval, activista en defensa de derechos humanos y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, afirmó a Capital Media que es alarmante se haya trasladado a estas personas migrantes en la zona de Agua Prieta que es un punto donde el crimen organizado opera utilizando a los migrantes como mulas para transporte drogas con la promesa de que van a llegar un lugar de Estados Unidos de forma segura, “sin embargo a muchos los matan en el intento”.
Inmediatamente después de los hechos se dio aviso a la Comisión Nacional de Derechos Humanos que ha venido acompañándolos en las últimas semanas.
A las personas del primer autobús, incluidas mujeres y niños, las bajaron y las subieron a perreras de migración. Las del segundo autobús se resistieron a bajar así que personal de Instituto Nacional de Migración subió y dio instrucciones al conductor de seguir a las perreras.
El movimiento del éxodo centroamericano hizo oficial esta denuncia mediante un comunicado y afirmó que “una vez en las instalaciones de migración José Alfredo Lopez Mota de la CNDH pidió a la gente bajar del autobús, la gente no quiso hacerlo y comenzaron a usar la fuerza para hacerlos bajar”.
Por lo que consideran “sumamente grave que se solicitara el apoyo de la CNDH para monitorear el debido respeto a los derechos humanos de las personas migrantes y el propio personal de la CNDH haya colaborado con el personal de INM para hacer bajar a las personas del autobús”.
“Exigimos que no se les deporte ya que se tiene que garantizar el derecho a solicitar y recibir asilo de las personas que requieran protección internacional, así como respetar y garantizar los principios de unidad familiar y del interés superior del niño”.