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Martes 26 de Noviembre 2024

Niñez actual es más consciente de sus derechos humanos

 

Por Erick Galicia Lozano México, 30 Abr (Notimex).- Las niñas y los niños de hoy están más empoderados y por eso son más conscientes de sus derechos humanos, por lo que son capaces de identificar cuando se transgreden sus garantías y reclaman respeto. La coordinadora del Programa sobre Asuntos de la Niñez y la Familia […]


Por Erick Galicia Lozano

México, 30 Abr (Notimex).- Las niñas y los niños de hoy están más empoderados y por eso son más conscientes de sus derechos humanos, por lo que son capaces de identificar cuando se transgreden sus garantías y reclaman respeto.

La coordinadora del Programa sobre Asuntos de la Niñez y la Familia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Cinthya Harumi González Téllez, así lo manifestó en el marco del Día del Niño, en el cual ha prevalecido la necesidad de garantizar el respeto a ese sector de la población.

En entrevista con Notimex, González Téllez destacó que en la CNDH abundan las anécdotas en las que infantes han llamado para pedir consejo o denunciar que una de sus garantías está siendo violentada.

Llaman para pedir consejo y ayuda por problemas de bullying, por violencia sexual, o a veces porque sus papás se están divorciando y ellos se sienten confundidos.

Desde luego, no falta incluso la anécdota del niño o la niña que llama porque su mamá o papá lo ha castigado y no lo dejan salir, o han tenido una confrontación con ellos por el uso de aparatos electrónicos, comenta entre risas al reconocer el grado de conciencia y astucia que hoy pueden mostrar los menores.

Aseguró que gran parte de esta consciencia se debe a la evolución de los modelos educativos y al enriquecimiento de sus contenidos, ya que la misma CNDH ha organizado pláticas o campañas para difundir entre niñas y niños el conocimiento de sus derechos.

“Y la sorpresa es que cuando vamos y les preguntamos ¿conoces alguno de tus derechos? Entre los más pequeñitos saben cinco o seis derechos por lo menos”, agregó la coordinadora.

Sin duda, dijo, esto ha sido una gran evolución, ahora el siguiente reto es  capacitar a los grandes para atender a las niñas y los niños cuando acuden a pedir consejo o a demandar ayuda.

De igual forma, muchas veces las personas adultas no siempre denuncian las violaciones a derechos de niñas de niñas y niños, como en el caso de la violencia sexual, que es una de las que más se oculta porque suele ocurrir en el ámbito familiar.

“Entonces, si no hay personas adultas que denuncien el delito, pues difícilmente una niña o un niño sabe qué tiene que hacer”, agregó.

Por otra parte, cuando los menores son más conscientes y tienen el valor de denunciar, enfrentan otro problema, que muchas veces la autoridad les dice “tienen que venir con un adulto o con el papá, y resulta que el papá es el que violenta”, lo que termina por cerrar una puerta de ayuda para el menor.

En ese sentido, reiteró que este problema se debe, en parte, a que persiste la normalización de la violencia, tanto para educarlos como para “templar su personalidad”, pero este no es un problema exclusivo de México, sino que se extiende por toda América Latina.

González Téllez reconoció que, afortunadamente, se han tenido grandes avances, y hoy los niños se encuentran empoderados, aunque también es necesario que los adultos sepan orientarlos y empoderarlos, ya que existe en la literatura el tema de “Los niños dictadores”.

Y esto se debe a que muchos padres de familia no saben cómo empoderar a sus hijos o cómo respetar sus derechos, y terminan por cometer errores que terminan por crear a un niño tirano, en lugar de un buen ciudadano que sepa defenderse.

Explicó que en la aplicación de los derechos de los niños “no debemos interpretar que son incompatibles con las obligaciones que tienen las familias de orientar y educar”.

Recordó que en el Artículo 103 de la Ley General de los Derechos de Niñas y Niños se definen los deberes de quienes ejercen la patria potestad y que aplica también a cuidadores, como maestros, y a las propias autoridades.

Es ahí donde el adulto se tiene que hacer responsable de formar a sus pequeños, pero no mediante un sistema de recompensa-castigo, sino mediante uno de acción-consecuencia, con el cual se busca que el menor se haga consciente de que en todo acto que realice vendrá un resultado que puede ser positivo o negativo.

Es ahí cuando se le debe enseñar al niño a responder con responsabilidad, como cuando rompe un vidrio, “no castigándolo, sino llevándolo a ofrecer disculpas y comprometiéndolo a reparar el daño, tal vez con parte de sus domingos”.

De esta manera terminará un problema que actualmente enfrentan muchos padres, y sobre todo maestros, que “no llaman la atención a los niños por temor a que los denuncien ante Derechos Humanos” cuando en realidad de lo que se trata es de ayudarlos a formarse de manera inteligente y de acuerdo con la etapa en la que se encuentren.

-Fin de nota-

NTX/EGL/MCC