La Joya de los hidrocarburos
Los proyectos de almacenamiento de combustible pueden ayudar a México a bajar el precio de la gasolina y recuperar la confianza de los inversionistas internacionales
“La crisis de Pemex no es la del sector”
El almacenamiento de combustibles es una actividad que ha estado en el olvido de México durante más de tres décadas, pero podría ser la clave para dar paso a la reducción en el costo de la gasolina y atraer nuevas inversiones.
Arturo Carranza, especialista en energía del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), considera que impulsar este sector es importante para que los mexicanos tengan acceso a combustibles más baratos.
“En la medida que se construya esta infraestructura, que implica un proceso de mediano plazo, el mercado va a trabajar en niveles óptimos, entonces los precios obedecerán a la oferta y a la demanda”, detalla el especialista.
La realidad de las reservas de gasolinas en México es frágil ya que no es suficiente para abastecer la demanda nacional, pues la infraestructura del país sólo permite almacenar 17.31 millones de barriles, con los que se garantiza la demanda por hasta tres días, mientras que en Estados Unidos pueden guardar combustibles por hasta tres meses, de acuerdo con la Secretaría de Energía (Sener).
Las cifras no son muy alentadoras. Las seis refinerías que pertenecen a Petróleos Mexicanos (Pemex) operan al 40 por ciento de su capacidad y durante 2017 sólo se produjeron 257 mil barriles de gasolina por día
Para permitir que el combustible llegue al taque de los autos de los mexicanos, la Empresa Productiva del Estado (EPE) importa el 75 por ciento del carburante, principalmente desde Estados Unidos.
Carranza añade que un mercado óptimo con la participación de actores públicos y privados en el despliegue de infraestructura es necesario para ampliar la capacidad de almacenaje.
“Este segmento funciona como parte del mecanismo de fijación de precios de las gasolinas y permite mantener el equilibrio en los precios a lo largo del año, y enfrentar la demanda estacional”, expone.
El futuro en México
Dos años después de que el gobierno permitiera la importación de gasolinas como resultado de la Reforma Energética, el interés de los jugadores internacionales para participar en la cadena logística del mercado de hidrocarburos a nivel nacional se mantiene.
Gonzalo Monroy, director de la consultora GMEC, menciona que, a pesar de que el almacenaje es el eslabón de la cadena que no ha recibido inversiones por parte de Pemex durante 30 años, los inversionistas extranjeros han apostado por México, donde el ritmo de crecimiento de la demanda de combustibles permite consolidar inversiones.
El especialista en energía explica que con la liberalización de las gasolinas en 2017, la petrolera obtuvo resultados financieros positivos, ya que dejó de absorber los costos de logística. Aunque el precio del combustible para los consumidores se ha mantenido alto está sujeto a la volatilidad del tipo de cambio.
“Esta situación manda una señal de precios y las inversiones en toda la parte de la cadena empiezan a llegar, porque confían en que es un mercado regulado y van a obtener retornos ciertos y estables, con un 15 por ciento máximo de ganancia”, refiere Monroy
La primera empresa internacional en lanzar una apuesta en el mercado mexicano fue ExxonMobil, que instaló una terminal de almacenamiento en San José Iturbide, Guanajuato hace un año. Entonces, directivos de la firma anunciaron una inversión de 300 millones de dólares en logística, inventarios y estrategias de comercialización durante una década.
En la actualidad, la petrolera estadounidense construye dos terminales más en Tuxpan, Veracruz, y Tula, Hidalgo, en las que realizó un desembolso de 200 mdd.
Por su parte, G500 Network, empresa perteneciente al grupo gasolinero mexicano G500 y la suiza Glencore, arrancó operaciones de su terminal de almacenamiento que se ubica en Dos Bocas, en el estado de Tabasco este año, donde el Gobierno federal instalará una nueva refinería.
La inversión que se destinó para esta terminal, y otros segmentos de la cadena de logística como transporte, fue de 500 mdd y cuenta con la capacidad de almacenamiento de 600 mil barriles, revelan cifras de la compañía.
Existen otros participantes interesados como la británica BP, y algunos más que cuentan con permisos de operación, como IEnova.
Mensaje a inversionistas
Con la Reforma Energética aprobada en 2013 se abrió una caja de pandora, que mostró las malas condiciones en las que se encuentran los diferentes segmentos de logística de Pemex.
Sin embargo, aún con su deterioro, el almacenamiento de gasolinas podría convertirse en el pilar más importante de la cadena del mercado de hidrocarburos en México, además de que se convertiría en el medio para enviar un mensaje de confianza y certidumbre a los mercados internacionales.
La clave estaría en que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador considere a todas las áreas de logística para sumarlas a su proyecto de rescate de la refinación nacional.
Los especialistas del sector coindicen en que, al menos por ahora, no hay datos que muestren el número de inversiones que podrían llegar o el número de terminales que se podrían instalar en México, pero los competidores de Pemex serían los aliados para impulsar este segmento.
Luis Miguel Labardini-Deveaux, socio en Marcos y Asociados, Infraestructura y Energía, refiere que para cerrar la cadena serán necesarias más inversiones en almacenamiento, que podrían ser positivas ante la mirada internacional, siempre y cuando la nueva administración dé certeza al capital que pudiera llegar
“Las inversiones van a ayudar a dar un equilibrio al mercado y pueden ser un mensaje de que hay un compromiso por parte del Estado”.