El verdadero origen de la guajolota no es chilango
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La original guajolota era un pan para pambazo rellena de una enchilada roja rellena de carne de puerco
No podíamos dejar pasar el día de hoy, 2 de febrero, donde el tamal es el rey del menú, hablar del origen de la económica, práctica, llenadora y sobre todo deliciosa torta de tamal, o guajolota como le decimos aquí en la ciudad de México.
Aunque todos los que viven fuera de la CDMX critican a los chilangos porque tenemos la firme creencia de que todo cabe en un bolillo, sabiéndolo acomodar. Pero tenemos una sorpresa: las guajolotas no las inventamos en la capital del país.
Aunque las encontramos en cada esquina de todas las delegaciones y colonias, la tradición de comer pan relleno de masa y carne no se inventó en el paraíso de las tortas. De acuerdo con el historiador mexicano José N. Iturriaga, la guajolota nació en Puebla y a ellos les debemos que en la CDMX las tortas de tamal sean el desayuno predilecto de los madrugadores.
En el libro “La cultura del antojito. De tacos, tamales y tortas…”, Iturriaga explica que la original guajolota era un pan para pambazo rellena de una enchilada roja rellena de carne de puerco.
Cuando ese antojito llegó a la ciudad de México, se hizo la adaptación a una torta de tamal, ya que el relleno del pan seguía siendo masa de maíz relleno de carne de puerco y salsa.
Actualmente es raro encontrar tamales de cerdo; el pollo se apropió de ese alimento y comienzan a ser tendencia aquellos que están rellenos de verdolagas, champiñones, frijol u otros ingredientes que buscan sustituir la carne, inclusive hay tamales veganos.
Sea como sea, las tortas de tamal son un alimento arraigado en nuestra cultura y la adaptación de ingredientes a las nuevas tendencias, nos da esperanzas para creer que tendremos guajolotas para rato.
Con información de Reporte Índigo
smg