El “grito” desnuda el ánimo de los mexicanos
Un sentimiento estalla al unísono entre las oleadas de ciudadanos que se congregan en el Zócalo con un afán común: celebrar a la Patria
Gritar vivas a la patria en la principal plaza de la nación el 15 de septiembre es, al mismo tiempo, una de las principales festividades en el país a lo largo del año.
Tan sólo aquí, en la plancha del Zócalo de la capital del país, miles de mexicanos visten de tricolor, ya sea en sus ropas, rostro o cabello. Los niños hacen lo propio con las tradicionales banderas, banderines, cornetas y sombreros.
Pero el Grito de Independencia, esta noche a cargo del presidente Enrique Peña Nieto desde el balcón central de Palacio Nacional, también es la noche mexicana que desnuda el estado anímico de los ciudadanos respecto de quién y cómo los gobierna.
Pero, por momentos, las arengas se olvidan. Y es que en los alrededores los olores de los tradicionales platillos mexicanos asaltan los sentidos del olfato, vista y, para miles de afortunados, el gusto.
De los cientos de restaurantes del Centro Histórico, Patrimonio Cultural de la Humanidad, se despiden los agraciados olores del pozole, cochinita pibil, tostadas, chiles en nogada y otras preparaciones exquisitas.
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En las mesas de los comensales, que abarrotan los comedores, no está ausente el tequila, y otras bebidas espirituosas.
Para la mayoría de quienes acuden al Zócalo y las hermosas calles aledañas del primer cuadro de la sociedad, es momento de sacar el pecho por su patria, de reír, bailar y gritar. Incluso, el humor de los presentes se vuelve algarabía.
El sentimiento que causa y la razón de estar en esta celebración en el Zócalo para presenciar el Grito de Independencia es variada.
“Bueno, es un día en que los mexicanos se unen a pesar de las vivencias que ha tenido el país a lo largo de su historia. Es una fecha que se conmemora y que es muy importante”, expresa Eduardo Gómez, habitante de la Ciudad de México.
Para otros, esta es una festividad rancia, acusan acarreo y es protocolaria, al tiempo que es útil para expresar arengas y sus inconformidades.
“La verdad no tenemos así como el sentimiento muy apegado a lo que se está celebrando el día de hoy, porque es algo muy diferente lo que pasa en realidad en el país. La situación el día de hoy es muy contraria a una celebración. Creo que estamos pasando por momentos trágicos y qué bueno que la gente se dé un espacio para venir aquí y celebrar. En mi opinión, sería mejor que nos uniéramos para otras cosas, no para la celebración”, dice Cristina Méndez, habitante del Estado de México.
Pero hay otros ánimos y ambientes en los alrededores del Zócalo.
“Venimos celebrando nuestros lábaros patrios, venimos disfrutando de todo lo que es nuestro país. Es un sentimiento emotivo de estas fiestas que no dejamos de vivir y festejar, porque somos mexicanos, lo traemos en la sangre, lo traemos en el corazón”, manifiesta Gisela Serrano, habitante de Toluca, Estado de México.
Antes de llegar a la plancha del Zócalo retumba la música, en particular la vernácula, aunque otros géneros también incitan al cuerpo a moverse.
A lo lejos se aprecia que las Fiestas Patrias están en su apogeo, se escuchan los ritmos de quienes animaron tarde y noche.
Cristian Castro, Aleks Syntek, Carina Ricco, Mariachi Gama 1000, Banda El Recodo y la Sonora Santanera fueron el deleite musical de las mayorías.
Y llegó uno de los momentos culminantes de esta noche mexicana. El presidente Enrique Peña Nieto en el balcón de Palacio Nacional.
“Mexicanos, vivan los héroes que nos dieron patria y libertad. Viva Hidalgo, viva Morelos, viva Josefa Ortiz de Domínguez, viva Allende, viva Aldama, viva Galeana, viva Guerrero, viva Matamoros, viva la solidaridad de los mexicanos con Chiapas y Oaxaca. Viva la Independencia nacional. Viva México, viva México, viva México.”
Enseguida, los tradicionales fuegos artificiales, en una noche bondadosa porque no trajo lluvia.
dgp