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Viernes 22 de Noviembre 2024

El estudiante que ganó oro en Olimpiada de Conocimiento

 

Vladimir Sierra Casiano, de la Prepa 6 de la UNAM, logró la presea de plata en 2015, y en esta edición de 2016 consiguió la dorada


En la región de la montaña guerrerense, en el pueblo de Tlapa de Comonfort, a ocho horas en autobús desde la Ciudad de México, hace 16 años nació Vladimir Sierra Casiano. El joven mixteco, hoy estudiante de la Escuela Nacional Preparatoria plantel 6 “Antonio Caso”, tiene una notable facilidad para las matemáticas, lo que por segundo año consecutivo lo ha llevado al “pódium” de la Olimpiada Universitaria del Conocimiento.

Ganador de la medalla de oro en la sexta versión del certamen de bachillerato, correspondiente a 2016, se autodefine como un alumno dedicado, incluso en materias que no le gustan tanto, como literatura e historia; en todas cumple con sus tareas y trabajos.

“Para ser un buen estudiante el secreto es encontrar una motivación personal, algo que te mueva a ir a la escuela, a hacer las tareas; tener un objetivo claro y estar decidido a llegar a él”, compartió el chico con promedio en sus calificaciones de 9.5, y becario del Sistema de Becas para Estudiantes de Pueblos Indígenas y Negros de México del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad.

A su corta edad, Vladimir tiene una amplia experiencia en concursos de matemáticas, pues desde la secundaria comenzó a participar en ellos. Un siguiente paso era concursar en la Olimpiada, en donde obtuvo la medalla de plata en 2015, y la presea dorada en 2016.

Hijo de un maestro de primaria y un ama de casa, y el menor de cinco hermanos, permaneció en su pueblo hasta concluir la educación básica. Para cursar el bachillerato, tuvo una ventaja sobre otros chicos de la localidad que se quedan a estudiar allá: sus hermanos, uno de 22 años y otro de 24, ya estaban establecidos en la Ciudad de México y lo recibieron con los brazos abiertos.

Para elegir la Prepa 6, también contó con ayuda de sus hermanos; era la de más prestigio y estaba ubicada en una buena zona: en Coyoacán. “Estaba genial que me quedara en un sitio donde ellos pudieran estar cerca, sin tantos problemas”.

Fue así que hace un año llegó a la gran urbe; a pesar del pendiente que ello provocaba en sus padres, le tuvieron confianza y le dieron la libertad de venir. Deseaban que alcanzara un buen promedio de calificaciones, pero “no sé si esperaban cosas como éstas (ganar la Olimpiada) de mí, pero yo siempre trato de que estén orgullosos”, comentó.

Sierra Casiano califica su participación en el concurso como muy interesante; “siento que cuando llegué ya estaba bien preparado, por eso desde al año pasado tuve un buen resultado y en este mejoré un poco más”.

El principio siempre cuesta trabajo, pero el suyo fue en los no tan lejanos años de secundaria, cuando tuvo profesores y asesores que le dieron clases y entrenamiento para concursar. Se trata, aseguró, de maestros muy buenos y “creo que son ellos quienes me asesoraron más”. En la Prepa, los docentes lo invitaron a participar. Fue un trabajo colaborativo de todos los académicos que lo han formado.

Por ahora, dentro de las matemáticas a Vladimir le gusta un poco más el álgebra. En la secundaria se trataba más de memorizar procedimientos, pero en el nivel medio superior hay que resolver cuestiones más complejas, y eso le atrae. Y como aún le queda otro año de estudios en la Prepa, piensa volver a concursar en la Olimpiada.

También ha decidido que elegirá el área uno para cursar el sexto año en la ENP, pero aún duda qué carrera seguirá en la licenciatura; sus principales opciones son Ciencias de la computación o Ingeniería mecatrónica, aunque es casi seguro que optará por la primera. “Me gusta mucho porque mezcla matemáticas y programación, y tiene mucho futuro; siento que tengo aptitudes”.

Cuando regrese a su hogar en Guerrero, durante las vacaciones escolares, de igual manera le gustaría aprovechar el tiempo con sus padres y aprender mixteco, porque es parte de su cultura y sus raíces.