www.efekto.tv
Jueves 21 de Noviembre 2024

Conmemoración de la expropiación petrolera

 

El 18 de marzo de 1938 el presidente Lázaro Cárdenas anunció el decreto que quitaba a las compañías extranjeras el preciado combustible, por lo que ese día se conmemora la Expropiación Petrolera, un día cívico nacional. Previo a la Expropiación, la situación en el país era la siguiente: 17 compañías extranjeras disponían del petróleo y tenían el […]


El 18 de marzo de 1938 el presidente Lázaro Cárdenas anunció el decreto que quitaba a las compañías extranjeras el preciado combustible, por lo que ese día se conmemora la Expropiación Petrolera, un día cívico nacional.

Previo a la Expropiación, la situación en el país era la siguiente: 17 compañías extranjeras disponían del petróleo y tenían el control de la industria.

Sin embargo, la situación de los trabajadores de esas compañías dejaba mucho que desear; sus salarios eran muy bajos y sus condiciones laborales eran pésimas.

Uno de los primeros pasos para cambiar esto fue el nacimiento del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana en 1935, cuando con el respaldo de Cárdenas se unificaron los numerosos sindicatos para defender sus intereses y demandar mejores e iguales condiciones de trabajo a través de la firma de un nuevo contrato colectivo.

Las compañías no querían ceder, el diálogo estuvo a punto de romperse de no ser por la intervención del gobierno. El siguiente paso fue la promulgación de la Ley de Expropiación, el 25 de noviembre de 1936.

Para llevarla a cabo Lázaro Cárdenas se sirvió del artículo 27 de la Constitución, que establecía que “la propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, corresponde originariamente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada”.

La Ley de Expropiación, por su parte, permitía al gobierno tomar cualquier propiedad que fuera de interés público de ser necesario y fijar un plazo máximo de 10 años para compensar a los propietarios.

Es decir, el Estado ahora tendría el control total sobre la producción y comercialización del petróleo, lo que impulsaría enormemente la economía nacional.

Con este decreto se expropiaron legalmente la maquinaria, instalaciones, edificios, refinerías, embarcaciones, oleoductos y, en fin, todos los bienes muebles e inmuebles de las compañías: El Águila (Royal Dutch Shell), Compañía Naviera San Cristóbal, Compañía Naviera San Ricardo, la Huasteca Petroleum, la Sinclair Pierce Oil Company, la Mexican Sinclair Petroleum Corporation, la Stanford y Compañía, la Penn Mex Fuel Company.