El IFT es el Frankenstein de las telecomunicaciones
Los escándalos, la opacidad y las decisiones controversiales rodean el trabajo del Instituto Federal de Telecomunicaciones
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) es un órgano de reciente creación, fue presentando en 2012 como un órgano autónomo que regularía e incentivaría la competencia en telefonía, radio y televisión para el beneficio de las audiencias.
Pero los escándalos, la opacidad, el secretismo y hasta controversias constitucionales que han llegado hasta las salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, han puesto en tela de juicio su accionar.
El empoderamiento del IFT cada día es mayor y poco a poco comienza a convertirse en el Frankenstein o moderno Prometeo de quienes lo crearon.
Gabriel Oswaldo Contreras Saldívar, su presidente, tiene entre sus manos no sólo un presupuesto anual de 2 mil millones de pesos, sino elegir quién será el dueño de la pelota o si reparte el pastel entre nuevos competidores.
Las cifras presentadas en el cuarto aniversario de la reforma en telecomunicaciones el pasado 27 de junio son alentadoras: reducción del 43 por ciento en el costo de la telefonía celular, eliminación de larga distancia nacional, el crecimiento en una 60 por ciento de los usuarios de televisión y las nuevas licitaciones para radio y televisión han logrado que el sector crezca en un 10 por ciento cada año.
Pero al finalizar el festejo, el presidente Peña Nieto advirtió que “la reforma se debe de cuidar a diario”, cosa que parece no está haciendo el IFT.
Por decisiones y controversias recientes, ya sea por acción o por omisión, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, árbitro del juego, ha decidido que el partido se lleve a cabo en la cancha de los agentes preponderantes, limitando así la competencia que tanto se pregonaba durante su creación.
Frente a esta situación, los representantes de la Cámara de diputados y senadores van perdiendo facultades para legislar al respecto y la reforma de la Ley de Telecomunicaciones del 11 de junio de 2013 se encuentra también en juego.
Lo que comenzó como una de las principales medallas de la actual administración ahora se está convirtiendo en un lazo que la ata al pasado.
Ante este panorama y a la deficiente actuación y regulación del IFT, el organismo se ha ganado la desconfianza de todos los sectores perdiendo credibilidad y poniendo en duda su eficacia, por simulaciones que ellos mismos han permitido.
Sánchez Henkel, el investigador de Slim
El 14 de julio del 2014, Gerardo Sánchez Henkel, en aquel entonces titular de la Unidad de Cumplimiento, el apartado regulador del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) publicó en su cuenta de Twitter: “Hoy se publica en el Diario Oficial de la Federación la nueva Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión”.
El Artículo 131 de dicha ley, representaba pérdidas millonarias para Carlos Slim, propietario de América Móvil y de Telcel, el agente económico preponderante, que ya no podía cobrar a su competencia por el servicio de interconexión a su red.
En el apartado “a” del artículo se lee lo siguiente: “Los agentes a los que se refiere el párrafo anterior, no cobrarán a los demás concesionarios por el tráfico que termine en su red”.
Para el 31 de diciembre, Sánchez Henkel ya no formaba parte de la unidad de Asuntos Jurídicos del IFT, en su lugar llegó Carlos Hernández Conteras.
El hombre que había iniciado procesos contra América Móvil salió del organismo, sin que el IFT emitiera ningún comunicado al respecto.
Maricarmen Cortés, columnista de Dinero en Imagen señaló que la salida de Sánchez Henkel podría tener que ver con el tema de América Móvil como agente preponderante.
“El Pleno del IFT tendrá que definir, a más tardar en noviembre de este año, si Televisa y América Móvil han cumplido o no con las reglas de preponderancia y el problema es que hay un severo retraso por parte de los reportes sobre el cumplimiento en las reglas que, según se ha dicho, fue lo que motivó la salida de Sánchez Henkel, aunque él asegura que renunció porque recibió una invitación para incorporarse a un despacho de abogados una vez que termine el plazo que establece la ley para poder trabajar en el sector privado”, decía Cortés.
Sánchez Henkel se convirtió en el único funcionario de alto nivel del IFT que investigó los incumplimientos de Telmex, particularmente la violación a la Constitución por el caso Dish.
Gerardo Soria dijo constar en su columna que Henkel iba muy avanzado en la investigación del caso Telmex-Dish y la violación a la Constitución que sería sancionado con la revocación de títulos de concesión de ambos operadores.
“Es un hecho indubitable que de confirmarse de manera oficial la evidente violación a la regla de gratuidad en la retransmisión de las señales de televisión abierta, no hay posibilidad legal alguna de que el IFT, por más maromas que haga, esté en posibilidad de autorizarle a América Móvil prestar servicios de televisión sin violar flagrantemente la ley”.
El especialista coincide en que ese pudo ser el motivo de su salida.
“Se dice que sus superiores le exigieron un cheque en blanco que acreditara que Telmex y Telcel cumplen y han cumplido en todo. No me extraña”, dijo Soria el 20 de enero del 2016.
Tecnoradio, el viejo conocido
Además de las nuevas concesiones en televisión, el IFT anunció la apertura para nuevas cadenas de radio. Una de ellas intentó pasar por la libre, se trata de la empresa Tecnoradio, que evadió las reglas sin que ningún regulador interno lo detectara, hasta que la prensa descubrió este error.
La empresa Tecnoradio fue anunciada por el IFT como la ganadora del mayor número de estaciones de radio en la pasada licitación, 37 frecuencias por la que pagó la cantidad de 288 millones de pesos, elevando en un 3 mil 400 por ciento el valor de referencia, dejando fuera a otros grupos radiofónicos.
dmm