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Viernes 22 de Noviembre 2024

Alzan la voz en la UNAM

 

Un grupo de alumnos, padres de familia y trabajadores de la máxima casa de estudios, se manifestaron ayer frente a Rectoría para exigir seguridad y condenar los hechos de violencia


Ante la ola de violencia registrada en últimos meses en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), estudiantes de distintas escuelas y facultades se manifestaron ayer frente al edificio de Rectoría para exigir a las autoridades universitarias, así como de Gobierno, un cese de violencia en todas las instalaciones de la universidad.

Aunque la concentración contó con menos convocatoria de la que se esperaba, los asistentes solicitaron al rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, abrir un diálogo y dar una solución oportuna al problema de inseguridad por el que atraviesa la comunidad universitaria.

Entre pintas, banderas y pancartas, los manifestantes acusaron que tanto autoridades universitarias como de Gobierno continúan haciendo caso omiso a las exigencias derivadas de la violencia.

Durante la concentración pacífica, que duró cerca de dos horas, estudiantes, académicos e incluso padres de familia de los universitarios repudiaron los últimos hechos violentos registrados en distintas sedes de la universidad: homicidios dolosos con arma de fuego, enfrentamientos armados entre grupos del crimen organizado, feminicidios, situaciones de acoso, narcomenudeo y asaltos en inmediaciones.

Encabezados por tres colectivos internos, Juventud Revolucionaria GAR, Juntas Defensivas Universitarias (JDU) y Liga Estudiantil Democrática (LED), los convocantes señalaron que una posible entrada de la policía o el ejército para erradicar el narcomenudeo y la violencia en Ciudad Universitaria no es la solución.

Pero tampoco lo son las medidas fallidas que se han tomado desde Rectoría, tales como cercar los espacios, poner más personal de vigilancia que no hace nada o restringir el libre paso.

Los oradores señalaron que las autoridades encargadas de la procuración de seguridad y justicia, tanto internas como externas, han aislado y tergiversado los hechos delictivos registrados, con la intención de no aceptar que un ambiente de violencia prevalece en la Universidad  y por el cual atraviesa también la capital y el resto del país.

A pesar de las consignas, el performance y la clásica porra universitaria entonada en repetidas ocasiones, las cosas transcurrieron con normalidad. Los pasillos en constante movimiento por el ir y venir del estudiantado. Las áreas verdes y los espacios culturales con la afluencia habitual.

smg