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Jueves 31 de Octubre 2024

Maltratos y agresiones físicas como método de disciplina para menores son contrarios a su dignidad humana: SCJN

 

La Primera Sala consideró que esto resulta incompatible con la dignidad y los derechos de los menores de edad a su integridad personal y a su sano desarrollo integral.


El maltrato físico contra menores de edad ya sea leve, moderado o grave, y que tenga por objeto causar cierto grado de dolor o malestar, así como cualquier castigo que busque menospreciar, humillar, denigrar, amenazar, asustar o ridiculizar, constituye un castigo corporal y un trato cruel y degradante, son contrarios a la dignidad y los derechos humanos de los menores; así lo determinó la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

A través de su Tesis 1a. XLIX/2020 (10a.), la Primera Sala consideró que esto resulta incompatible con la dignidad y los derechos de los menores de edad a su integridad personal y a su sano desarrollo integral; por lo que la erradicación del castigo corporal y los tratos crueles y degradantes es una necesidad apremiante en nuestra sociedad, que vincula a no justificar tales conductas como método correctivo o de disciplina para la niñez, en ningún ámbito.

Para ello, la Primera Sala evocó; entre otras leyes, que el artículo 4o. de la Constitución Mexicana reconoce el derecho de la niñez a un sano desarrollo integral, y en consonancia con ello, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en su artículo 13, fracciones VII y VIII, dicta los derechos de los menores de edad a vivir en condiciones de bienestar y a un sano desarrollo integral, así como a vivir una vida libre de violencia y a la integridad personal.

La Sala advirtió sobre la problemática del castigo corporal y los tratos crueles y degradantes a niñas, niños y adolescentes, particularmente en México, donde históricamente se ha normalizado y aceptado tanto en los ámbitos familiares como de educación y readaptación de la infancia, lo que ha tenido consecuencias directas en la forma de asimilar la violencia que se vive en este país, por lo que es apremiante la necesidad de erradicación como formas de disciplina.