Los enormes peligros que esconde FaceApp, la app del momento
Fue creada por el ruso Yaroslav Goncharov y emplea redes neuronales para escanear caras y hacerlas más viejas, jóvenes, agregarles distintos tipos de barbas o incluso cambiarles el género, entre otras opciones.
FaceApp es la app del momento, la más descargada en medio planeta. Este pasado fin de semana, se convirtió en trending topic en Twitter porque miles de personas volvieron a utilizar esta aplicación para saber qué aspecto tendrían si cambiaran de sexo. Pero este pasatiempo puede tener unos riesgos tremendos.
Para quién no sepa qué es FaceApp, se trata de una aplicación que fue creada por el ruso Yaroslav Goncharov y emplea redes neuronales para escanear caras y hacerlas más viejas, jóvenes, agregarles distintos tipos de barbas o incluso cambiarles el género, entre otras opciones.
Precisamente en 2019 vivió un momento de gloria espectacular cuando millones de personas subieron a sus redes sociales imágenes de ellos mismos envejecidas a través de FaceApp. Esta vez, en 2020, el reto ha sido el de cambiarse de sexo a través de este programa: tan solo hay que hacerse un selfie y automáticamente podremos ver cómo seremos de viejos o qué aspecto tendríamos si hubiéramos nacido con otro sexo.
Pero esta inocente app tiene sus peligros. En el caso de FaceApp coinciden dos realidades que han hecho disparar las alarmas: los servidores se encuentran en Rusia, por un lado, y por otro, la política de privacidad es lo suficientemente vaga como para que uno se lo piense dos veces antes de aceptar sus términos.
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El hecho de que la base central esté fuera de la Unión Europea dificulta la aplicación de la legislación comunitaria sobre protección de datos, la más exigente de las existentes en los países desarrollados.
Por otra parte, cuando se aceptan las condiciones de uso de la aplicación, se especifica en la petición de autorización que los datos pueden ser cedidos a terceros, pero no los usos que estas compañías podrían hacer de la información. Además, no suele ser un elemento en el que los usuarios reparen cuando continúan con la instalación.
En 2020, la morfología de nuestra cara es una información de lo más valiosa. En los móviles más modernos, el método de seguridad fundamente es el reconocimiento facial. Y apps como FaceApp se dedican a analizar hasta el último detalle de nuestro rostro. Además, como decíamos antes, esta información no se sabe muy bien a quién va a llegar con FaceApp, lo que debe hacernos ser más precavidos con este supuesto entretenimiento inocente.
¿Sabemos exactamente qué sucede con las fotografías una vez son transformadas y devueltas al usuario? Los términos de privacidad son lo suficientemente vagos como para despertar sospechas y, por si esto fuera poco, los creadores de la app avanzan en el contrato que acepta el usuario que sus datos pueden ser cedidos a terceras partes.
¿Qué datos recopila FaceApp?
Los términos de servicio de FaceApp no son muy diferentes a los de otras aplicaciones.
La aplicación señala que puede recopilar “contenido del usuario (por ejemplo, fotos y otros materiales) que publica a través del servicio”. La app también realiza un “monitoreo” de la actividad del usuario, incluidas “las páginas web que visita” y su ubicación, y recopila “metadatos” sobre cómo interactúa el usuario con el servicio.
“No alquilaremos ni venderemos su información a terceros fuera de FaceApp”, señala su aviso de privacidad. Pero un aspecto que analistas han resaltado es que FaceApp indica que puede llevar la información a una jurisdicción diferente a la del país donde esté el usuario.
¿De dónde surgió FaceApp?
FaceApp fue lanzada hace un par de años por Wireles Lab, cuya sede está en San Petersburgo, Rusia. La firma tecnológica se ha visto salpicada por controversias en el pasado, cuando dos filtros fueron retirados ante las críticas por resaltar estereotipos físicos raciales.