“Llegaron las viejas”: historias de mujeres a 50 años del Metro de la CDMX
Nadia Tapia fue una de las primeras conductoras de un tren del Metro de la Ciudad de México, que hoy cumple 50 años, y todavía tiene presente aquello que escuchó en el sistema de comunicación interna del transporte: “ya llegaron las viejas, ¡abusados!, quién sabe qué va a pasar en la línea”. Ha pasado medio […]
Nadia Tapia fue una de las primeras conductoras de un tren del Metro de la Ciudad de México, que hoy cumple 50 años, y todavía tiene presente aquello que escuchó en el sistema de comunicación interna del transporte: “ya llegaron las viejas, ¡abusados!, quién sabe qué va a pasar en la línea”.
Ha pasado medio siglo de que el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro inició operaciones en la capital del país y en la actualidad, diariamente viajan más de 5 millones de personas en trenes bajo la responsabilidad de mujeres, que para desempeñar dicha labor tuvieron que aprender, exigir y entrar a un lugar dominado por hombres.
“En cada línea hay áreas que abarca la radio comunicación, entonces los conductores se hablan por ahí, entonces se oía: ‘ya llegaron las viejas, ¡abusados!’, entre los mismos compañeros”.
“Se sentía, se veía claramente, que le estábamos invadiendo un lugar que era para ellos. Un ejemplo: no había baño de mujeres, no había ninguna área adecuada para nosotras”, recordó Tapia.
Ella fue parte de un grupo de 13 jovencitas quienes demostraron que no había ninguna normativa que les impidiera ser conductoras, luego de que se había publicado una convocatoria para competir por una plaza de ese tipo en 1981.
Aunque el Metro inició operaciones en 1969, fue 13 años después, hasta 1982 cuando ellas tuvieron la oportunidad de conducir un tren, luego de que un grupo superó exámenes físicos, técnicos y hasta psiquiátricos.
Nadia Tapia en entrevista para EFEKTO TV explicó que pese a que aprobaron sus pruebas la ratificación de su puesto estuvo en duda, porque un hombre no quería firmar sus nombramientos.
“El subgerente de transportación, sino mal recuerdo, no quería en absoluto que hubiera mujeres.
Cuando le traían los documentos para que firmara nuestros nombramientos, no los firmaba”.
“Entonces alguien muy cercano a él en una pila de documentos grande le inserto los nombramientos de la mujeres, para cuando el se arrancara firmando, los firmara sin darse cuenta, solamente así pudimos ya bajar a la línea” narró Tapia, quien ahora dirige las guarderías del STC.
El esfuerzo y trabajo de las primeras mujeres que trabajaron en este transporte público, permitió a Veronica Mendoza iniciar como taquillera luego ser conductora, posteriormente inspectora jefa de estación, hasta convertirse en la primera jefa de la histórica Línea 1, pese a que se le intentó sabotear.
“Hubo de todo para que no saliera exitoso mi trabajo en esa terminal, pero duré cuatro años en Pantitlán, tres en la terminal de Observatorio y luego de ahí me fui a Linea 3, hasta que cumplí 11 años como supervisor de servicios públicos. Ya en la actualidad tenemos 22 compañeras que ocupan esa plaza”.
“En la actualidad soy jefa de Línea 1 en la terminal Observatorio, soy la primera que está en esta línea, una de la más pesadas”, contó Mendoza, quien añadió: “me costó el doble, seguramente que a los compañeros no me lo pusieron fácil, pero si lo veo a la distancia les agradezco”.
Tanto Nadia Tapia como Verónica Mendoza reconocen que su vida está anclada a la historia del Metro; la primera recuerda a la perfección cómo conducir un tren, al hacerlo, sonríe, su rostro demuestra que los hace concentrada y reconoce “que es adictivo”.
Mientras que la segunda agradece que a lo largo de su vida laboral en el STC tuvo la posibilidad de ayudar a otra mujer en su labor de parto en plena estación Revolución de la Línea 2.
“Cuando era inspectora tuve la oportunidad de ayudar a una mujer a tener a su bebé en la estación Revolución, para mi fue fuertísimo. Yo ya había sido mamá tres veces, pero nunca había visto nacer un bebe. Si bien nos capacitan y nos dan un curso previo de primeros auxilios, pero no uno de parteras”, explicó Mendoza.
A 50 años de que el metro empezó a funcionar en la capital del país, estas mujeres consideraron que las que vienen detrás tienen una lucha que continuar para abrirse espacios.
“Tienen mucho camino por recorrer, no necesariamente tienen que conducir un tren, puede ser un avión, pero no es nada más decir ‘yo quiero ir al frente’, tienen que saber que implica trabajo y sacrificio. El Metro es una gran experiencia de vida, es el medio de transporte más importante, quizá no solo de la ciudad, sino del país”, afirmó Nadia Tapia.
Mientras que Veronica Mendoza, aseguró no tener la camiseta puesta sino “tatuada” y reconoció los retos que representa en este sistema de transporte, pero dijo: “estamos comprometidas y todas tienen doble o triple rol, ser mamas, hijas en mi caso soy hija porque mi madre es una mujer de 83 años, soy madre, soy abuela, soy esposa y soy trabajadora del Metro”.