La historia de las apuestas
Como ya se ha dicho en textos anteriores, el juego y la humanidad han estado estrechamente relacionadas desde hace milenios.
De ahí que una de las primeras evidencias sobre las apuestas se encuentre en la antigua China, donde se presume que se tenía un juego basado en una dinámica con azulejos desde el 2300 a.C. De acuerdo con los arqueólogos, esta dinámica fortaleció a las dinastías Xia y Shang entre los 2000 y 1027 a.C. Por ello, en los años siguientes, quizá ninguna otra sociedad logró identificar al juego como parte de su identidad (topcasinos.mx) al grado que lo hicieron los chinos.
El caso asiático representa un fenómeno bastante interesante, ya que no se sabe a ciencia cierta si la influencia del juego en esta región provino exclusivamente de los chinos, ya que antiguas civilizaciones como Mesopotamia, Babilonia, Persia, Siria y Egipto, también practicaban los juegos de apuestas. Los cuales, paulatinamente se extendieron a lo largo del continente asiático y europeo.
Ahondando al respecto, se tienen registros de que los habitantes de Mesopotamia llegaron a practicar un juego parecido al Backgammon. Igualmente, se sabe que los persas inventaron el ajedrez y que en Egipto, además de desarrollar eventos en los cuales se premiaban las capacidades atléticas, incluso antes del surgimiento de las olimpiadas griegas, se crearon los dados cuyo uso social pudo ser parte de la vida cotidiana. Amén de ello, esta región parece haber experimentado una fuerte afición por las carreras de caballos. De hecho, en zonas dominadas por el Islam, las competencias hípicas eran el único juego de apuestas permitido por la ley musulmana.
De manera similar, el circo romano consentía las apuestas, donde miles de personas se daban cita para tomar parte en las carreras de caballo y en las competencias de los gladiadores. Posteriormente, durante la Edad Media, se apostaba durante torneos de arquería. Al tiempo que la baraja nacía como una variante popular de los juegos basados en la suerte. Precisamente, en el medievo, se tienen indicios sobre el nacimiento de las primeras loterías, las cuales sufrieron lapsos de persecución y aceptación debido a implicaciones religiosas.
A lo largo del periodo renacentista surgieron los primeros centros de apuestas que evolucionarían hasta llegar a ser los casinos que se conocen hoy en día. En esa medida, se cree que la expansión de las monarquías sobre bastos territorios permitió que los juegos se expandieran a lugares donde antes se desconocían.
Años más tarde, concretamente en el siglo pasado, el desarrollo tecnológico cambió la forma en que se regulaban los casinos a nivel mundial, ejemplo que puede apreciarse, otra vez, en China. Durante el periodo maoísta, las apuestas estuvieron prohibidas. No obstante, a partir de 1980, Macao se convirtió en una zona libre de estas restricciones. Curiosamente, en poco tiempo, los casinos de Singapur y Corea del Sur siguieron estos pasos.
Finalmente, en los Estados Unidos, aunque el juego había vivido periodos de auge y contracción, el gobierno buscó la manera de satisfacer la enorme demanda de los jugadores. Con lo anterior se pudieron establecer los grandes e importantes centros de juego como Las Vegas, Reno y Atlantic City bajo leyes y reglamentos que resultan ejemplares a nivel mundial.