Dora María Tellez, una vida dedicada al cambio revolucionario
Managua, 30 Abr (Notimex).- La comandante guerrillera Dora María Telléz fue una de las miles de “muchachas” y “muchachos” que escribieron en la historia de Nicaragua una de las paginas más conmovedoras y ejemplares de las gestas de liberación en el mundo, en particular en Latinoamérica, en las últimas decadas del pasado siglo XX. Hoy […]
Managua, 30 Abr (Notimex).- La comandante guerrillera Dora María Telléz fue una de las miles de “muchachas” y “muchachos” que escribieron en la historia de Nicaragua una de las paginas más conmovedoras y ejemplares de las gestas de liberación en el mundo, en particular en Latinoamérica, en las últimas decadas del pasado siglo XX. Hoy su país enfrenta una nueva disyuntiva histórica.
El 20 de julio de 1979 la joven guerrillera con apenas 23 años de edad entró en Managua al lado de miles de combatientes armados, enfundados en sus raídos y sudados uniformes de guerra, una ola verde olivo de esperanza y libertad invadió cada rincón de Nicaragua, el dictador Anastacio Somoza y su temible Guardia Nacional habían huído del país.
La comandante Dora María lucía un semblante sonriente, casi de niña, pero firme en sus acciones. Dirigió victoriosamente a centenares de combatientes en el occidente de Nicaragua, en concreto en el departamento de León, la primera ciudad liberada al final de la guerra, allí llegó el Gobierno Provisional y de ahí partió a Managua para celebrar la victoria popular.
El 22 de agosto de 1978, un año antes del triunfo revolucionario, un comando de 25 muchachos del guerrrillero Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) realizó la llamada “Operación Chancera”, que ocupó la sede del Poder Legislativo en el interior del Palacio Nacional donde se encontraba medio centenar de diputados, entre ellos varios parientes del dictador Anastasio Somoza.
“La número Dos (del comando ´Rigoberto López Pérez´) era Dora María Téllez, una bella muchacha de 22 años, que a la vez tenía extraordinaria inteligencia”, como la describió el poeta Ernesto Cardenal en su obra La Revolución Perdida.
Tras varios días de negociaciones, en los cuales la joven guerrillera llevó el papel fundamental, Somoza cedió y entregó a decenas de rebeldes encarcelados, una suma millonaria y la difusión de una proclama. El comando partió al exilio junto con los liberados, el impacto internacional fue un golpe demoledor para la dictadura.
“La número Dos, única mujer del comando, es Dora María Téllez, de veintidós años, una muchacha muy bella, tímida y absorta, con una inteligencia y un buen juicio que le habrían servido para cualquier cosa grande en la vida. Desde enero de 1976 vivía en la clandestinidad”, fue la descripción del Nobel Gabriel García Márquez en su crónica sobre el operativo guerrillero.
Al triunfo de la revolución sandinista el 19 de julio de 1979, Dora María migró de las actividades guerrilleras al área de las urgentes necesidades sociales en un país devastado por la guerra y los intensos bombardeos en las principales ciudades del país, y fue nombrada Ministra de Salud.
Y así fue hasta la mañana del 26 de febrero de 1990 cuando despertó y el país había cambiado, el FSLN había sido derrotado en las urnas por una abrumadora avalancha de nicaragüenses que votaron por Violeta Chamorro, la viuda del periodista Pedro Joaquín Chamorro, asesinado por agentes somocistas el 10 de enero de 1978.
Hoy, a cuatro décadas del triunfo revolucionario, el pueblo nicaragúense enfrenta una nueva disyuntiva histórica para cambiar de régimen, pero paradójicamente enfrenta a uno de los nueve comandantes que lideraron la Revolución Popular Sandinista, el ahora presidente Daniel Ortega.
El actual gobierno de Nicaragua “es una dictadura dinástica en cuya cabeza está el matrimonio de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Y en las posiciones claves se encuentran miembros de la familia”, afirmó la exjefa guerrillera en entrevista con Notimex.
Dora María, quien siendo casi una niña se integró a la lucha armada y combatió a la par de Ortega para derrocar a la dictadura somocista, hoy es una de sus más férreas adversarias que sostiene: “alguien que se considere sandinista, debe, sin duda, oponerse a esta dictadura (de Ortega-Murillo), junto al resto del pueblo”.
-Fin de nota-
NTX/I/FJ/SBE/