Ante Trump: fracaso del poder latino y nacionalismo de emojis
INDICADOR POLÍTICO// Carlos Ramírez Frente a una de las ofensivas de Estados Unidos que no se había visto desde las invasiones norteamericanas de 1847 y 1914, la respuesta mexicana ha sido decepcionante: 1.- El fracaso electoral del poder latino y sobre todo el poder mexicano en EU porque en secreto votaron por Trump a pesar […]
INDICADOR POLÍTICO// Carlos Ramírez
Frente a una de las ofensivas de Estados Unidos que no se había visto desde las invasiones norteamericanas de 1847 y 1914, la respuesta mexicana ha sido decepcionante:
1.- El fracaso electoral del poder latino y sobre todo el poder mexicano en EU porque en secreto votaron por Trump a pesar de su conocida agenda antimigrantes.
2.- La respuesta gubernamental mexicana fue tibia: en redes con emojis de banderitas y en EU con abogados para atenuar arrestos y deportaciones sin evitarlas, en lugar de una estrategia de Estado y sociedad para proteger el comercio libre y para responder a los insultos.
La parte más importante ha sido la revelación pesimista de que el voto hispano pudo haber sido decidido para definir las elecciones del pasado 8 de noviembre, pero a la hora de las urnas el voto fue conservador. El centro de investigaciones Pew Hispanic Center estimó que alrededor de 24 millones de hispanos habría podido votar (4 millones que en 2008), aunque apenas la mitad con posibilidades concretas de ir a las urnas.
De acuerdo con estimaciones del periódico La Opinión de Los Ángeles, Bush Jr. ganó en 2004 con 40 por ciento del voto latino, pero en 2008 ese voto fue para Obama por su promesa (incumplida) de reforma migratoria.
Aunque carecía de una agenda migratoria porque dijo que era asunto del Congreso y éste tenía mayoría republicana, se disculpó con el argumento de que no la habría porque el Congreso tenía mayoría republicana, la candidata demócrata Hillary Clinton creyó que comiendo tacos iba a ganar, pero no recibió el voto hispano que liderazgos sociales como el del periodista Jorge Ramos que celebraba como las elecciones de consolidación del poder electoral hispano.
En elecciones de 1980-2012, el 60 por ciento de los hispanos votó demócrata y 40 por ciento republicano. Lo grave del asunto fue que en las elecciones de 2016 el votante encaraba a un republicano que había insultado y amenazado a los migrantes hispanos y las casas pronosticadoras adelantaron que el voto hispano haría ganar a Hillary Clinton. En los hechos, ese voto hispano hizo ganar a Trump, ya fuera votando por él o absteniéndose.
De ahí la percepción de que el voto latino no fue solidario con los hispanos y no se convirtió en el poder latino. Y dentro del voto hispano, 63 por ciento fue de mexicanos, lo que habría enviado el mensaje de que los mexicanos votantes en EU en realidad no son un poder racial y en los hechos votan conservadores.
En México, el sentimiento anti-Trump ha inundado las redes sociales con insultos, llamados al patriotismo y emojis de banderitas nacionales, además de chistes y memes contra el nuevo presidente de Estados Unidos. Sin embargo, no ha habido la construcción de grupos de poder o de influencia para presionar al Gobierno mexicano a tomar decisiones radicales y estructurales contra Trump.
El Gobierno mexicano quedó atrapado entre la rabia sentimental en las redes sociales y la parálisis de oficial después de las directivas de Trump. En materia de tratado de comercio libre, Los Pinos están a la espera de que Trump dé el primer paso para su revisión, pero sin organizar a productores en esquemas alternativos.
La expectativa mexicana se resume a que ojalá Trump no se porte tan mal en la revisión del tratado.
De ahí que en los hechos Trump va ganando la batalla política contra los hispanos.
Política para dummies: La política es la capacidad de decisión para encarar problemas, no para eludirlos con demagogia.