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Viernes 22 de Noviembre 2024

La lección de Airbnb a Uber

 

La plataforma de hospedaje dio un paso adelante al respetar el marco normativo y pagar impuestos en las ciudades donde opera en México. Esto le permitió expandirse sin enfrentar a los jugadores tradicionales


Airbnb está lejos de ser enemigo de las leyes en las ciudades donde opera. La plataforma de alojamiento ha logrado encajar su modelo de negocio al alinearse a la regulación de sus competidores tradicionales: el sector hotelero.

La empresa fundada en 2008 aprovecha un antiguo y exitoso esquema que se aplica en una base tecnológica e innovadora permitiéndole ampliar su presencia en distintos puntos en todo el mundo.

El valor de mercado de la plataforma que nació en San Francisco, California, alcanza los 31 mil millones de dólares, de acuerdo con la consultora CB Insights.

400 millones de huéspedes tiene Airbnb en el mundo

En el último año, Airbnb se ha acercado a los gobiernos estatales en territorio azteca, luego de que empresarios del sector hotelero exigieron a las autoridades en diversos destinos turísticos igualar las condiciones de competencia.

Esta situación es similar a la que vivieron taxistas en varias ciudades de México, Brasil y España con la llegada de plataformas como Uber o Cabify, conflicto que dejó un saldo de varias unidades afectadas y conductores lesionados.

Raúl Jaime Maestre, director del Master de Blockchain y Fintech en la Escuela de Negocios IEBS Business School, considera que la lección de Airbnb a la aplicación de transporte privado es que en vez de pelear por absorber un mercado, debe negociar por competir sanamente.

“Las empresas tecnológicas deben aprender que siempre es mejor adherirse a las normas de cada país en el que operan antes de pelear”, agrega el especialista.

“Estas plataformas son modelos lucrativos que buscan sacar provecho, por lo tanto deben pagar impuestos y rendir cuentas a las entidades fiscalizadoras donde operen”

– Raúl Jaime Maestre

Académico de la Escuela de Negocios IEBS Business School

Airbnb acordó con autoridades estatales en México el pago de un impuesto de tres por ciento por servicios de hospedaje, tal y como lo hacen los empresarios del sector que pedían “piso parejo”. Con esto se puso punto fin a la disputa.

Entre las entidades que alcanzaron un acuerdo tributario con la plataforma están Ciudad de México, Sinaloa, Quintana Roo, Yucatán, Oaxaca y Baja California.

Dado el éxito que logró esta estrategia, la compañía instaló oficinas en México en 2017 bajo la dirección de Ángel Terral.

El académico de la escuela de negocios con sede en Barcelona comparte que esta situación es contraria a lo que sucede con otros jugadores, pues estos se enfrentan a una regulación que, en algunas ocasiones, ha detenido su llegada a otras ciudades.

¿Freno o acelerador?

El director de Airbnb en México tiene la meta de mantener el crecimiento en anfitriones y viajeros. Prueba de ello es que el mercado nacional es uno de los que más se ha expandido en los últimos 12 meses, según datos de la empresa.

Durante ese periodo, la plataforma reportó un incremento de 165 por ciento en el número de huéspedes, 75 por ciento el de anfitriones y 71 por ciento de alojamientos disponibles.

Uber, con un valor de mercado de 120 mil millones de dólares, tiene en México su cuarto mercado más importante.

41 ciudades opera Uber en México

La compañía que dirige en el país Federico Ranero se ha alineado a las nacientes regulaciones en los estados en los que opera.

Sin embargo, autoridades le han puesto freno en entidades como Quintana Roo, Veracruz, e incluso en la capital del país, donde recientemente se le prohibió recibir pagos en efectivo, ya que taxistas consideraban que esto los ponía en desventaja.

Para Raúl Jaime Maestre, Uber debe tomar cartas en el asunto si quiere lograr que sus operaciones crezcan en México y en el mundo, además de mejorar la calidad del servicio que ofrece.

“Uber choca con los sectores tradicionales y las regulaciones de muchos países donde opera, ya que se ha puesto en pie de guerra con taxistas que pagan mucho dinero por sus licencias públicas. En cambio, Airbnb entendió que el camino era negociar”.