Video de Demi Moore besando a un niño de 15 años escandaliza al mundo
Si bien la mayoría de las víctimas de abuso sexual infantil son niñas y adolescentes del género femenino, también los varones sufren abusos que callan por temor a ser cuestionados respecto a su orientación sexual y por miedo a ser vistos como agresores sexuales, indica el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Asimismo, señalan que aunque generalmente quienes cometen actos de abuso sexual pertenecen al género masculino, también existe una proporción minoritaria de mujeres agresoras, que se diferencian de los varones por su falta de empleo de violencia física.
Por años se ha mencionado que este tipo de abusos sexual sigue siendo invisible y silenciado, por lo que el número de denuncias y casos conocidos es totalmente desproporcinado a los abusos cometidos realmente.
Si a esto le agregamos la normalización de este tipo de violencia es muy difícil que los abusos sean denunciados, incluso señalados.
Tal es el caso de polémico beso que la actriz estadounidense Demo Moore (de entonces 19 años) le dio a Philip Tanzini (de 15 años).
El incidente ocurrió en 1982 cuando ambos protagonizaban el show de televisión “Hospital General” y fue registrado en video por el programa “Entertainment Tonight”.
Al momento del beso, nadie de la producción, ni sus compañeros de elenco, ni el equipo de TV que los entrevistaba intentó detener a Moore, algo que difícilmente pasaría si el agresor fuera del género masculino y el infante una niña.
Según un cálculo de las llamadas «cifras ocultas», entre el 5 y el 10% de los varones han sido objeto en su infancia de abusos sexuales y, de ellos, aproximadamente la mitad ha sufrido un único abuso.
Es por eso que se percibe al género como un factor determinante para la detección del abuso sexual, ya que ser hombre podría ser obstáculo para reconocer este tipo de violencia sexual y por ende, para denunciarla.
¿ES REALMENTE ABUSO SEXUAL?
El abuso sexual infantil se define como el contacto a actividad sexual con una persona menor de 18 años, por parte de una persona que se encuentra en una posición de poder o autoridad, con el fin de estimularse o gratificarse sexualmente, no importando que se realice con el consentimiento de la víctima, pues este carece de los conocimientos necesarios para evaluar sus contenidos y consecuencias.
Se utiliza la relación de confianza, dependencia o autoridad que el abusador tiene sobre el niño o la niña.
La Unicef también describe como una interacción abusiva, que puede ocurrir con o sin contacto sexual, los manoseos, frotamientos, contactos y besos sexuales. Así como el coito interfemoral (entre los muslos) y comentarios lascivos e indagaciones inapropiadas acerca de la intimidad sexual de los niños.