González Iñárritu lleva a 3D drama de migrantes
Como una coincidencia afortunada, así calificó el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, su instalación virtual Carne y arena, que a partir del 18 de septiembre se presentará en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT), en la Ciudad de México.
Durante la presentación de esta pieza, el realizador declaró que este proyecto nunca lo concibió como una propuesta política ni como propaganda, sino que nació hace cuatro años, “mucho antes de la realidad que vivimos ahora”.
“Era un intento de explorar una condición humana, una obra artística que hablara de una realidad humana y una crisis humana a nivel mundial, no sólo geográfica y nacionalista”, dijo González Iñárritu, para quien la instalación es también “una coincidencia afortunada que invita a los capitalinos a acercarnos a esa realidad tan lejana de esa frontera”.
Dijo que la idea de entrevistar a los migrantes que aparecen en su propuesta, surgió como un trabajo periodístico que se volvió documental y señaló que “ello, nuestra realidad, es todo lo que no es en sí, la realidad es multidimensional y el cine es ese pequeño orificio en el que los cineastas invitamos al visitante a observar”.
Se refirió a la realidad virtual como un nuevo medio, con capacidades infinitas, distinto al cine, al tiempo que subrayó que tal tecnología “tiene un potencial increíble en la educación, en la ciencia y en la posibilidad de visitar de una forma distinta la compasión”.
“Lo que logra utilizar esa tecnología es el ponerte en los zapatos de alguien, sentir con y por, porque de esta manera, luego de haber visto tanto de la realidad migrante, no hay mejor forma que la de vivir un fragmento sensorial e intelectualmente.
“Esa es la mejor forma de entendimiento, entender es la otra palabra de amar y la imposibilidad de los seres humanos de amarnos los unos a los otros proviene de la incapacidad del entendimiento. No nos entendemos, tuiteamos todo el día, y me parece que esa capacidad de entendimiento puede transformar decisiones importantes en la realidad”.
Consideró que la realidad virtual es capaz de transformar museos y galerías, “porque podrás entrar en la mente profesional de un artista. Puede tener un potencial enorme o destructivo también”, agregó, al tiempo que apeló por un contacto con el mundo terrenal.
“La realidad virtual nos tiene ajenos; nadie está en la tierra, todos estamos como idos; perdimos la batalla de la realidad”, refirió.
El ganador del Oscar a Mejor director por El Renacido, llamó a apoyar a los dreamers tras la cancelación del Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), anunciado por el gobierno de los Estados Unidos.
El cineasta mexicano se definió también como un migrante y pugnó porque esta instalación, desde esa plataforma artística y humanista, toqué el tema sin buenos ni malos, sin racismos, “sino hablar de realidad compleja de diferentes nacionalidades”.
Reveló que su propuesta ha sido aceptada y tenido buenas críticas en el mundo y adelantó que, tras visitar México, se presentará en Atenas, París y Washington.
En su oportunidad, el rector de la UNAM, Enrique Graue, se mostró indignado por la cancelación del programa DACA, “pues satisface exclusivamente el racismo y a la intolerancia”.
MV