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Jueves 21 de Noviembre 2024

Encienden alumbrado por los 500 años de resistencia indígena en el Zócalo capitalino

 

500 años antes, los españoles junto a sus aliados indígenas se apoderaron de Tenochtitlan, acabando con el imperio azteca o mexica.


El Gobierno mexicano rebautiza la conquista española como “resistencia indígena” en un giro radical a la efeméride para reforzar el antiguo concepto de nación y bajo el riesgo de reabrir heridas.

México conmemora en este 2021 los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan, los 500 años de la conquista de Hernán Cortés y los 200 años de la independencia de México.

“Vamos a recordar con dolor y pesar” este viernes la conquista por la “tremenda violencia que significó”, dijo el miércoles el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Uno de los momentos clave se dará este 13 de agosto. 500 años antes, los españoles junto a sus aliados indígenas se apoderaron de Tenochtitlan, acabando con el imperio azteca o mexica.

Resistencia indígena

“Queremos cuestionar la palabra conquista, queremos cuestionarla porque, en realidad, hay 500 años de resistencia y no necesariamente 500 años de conquista”, afirmó recientemente la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, que pidió “desmitificar” el suceso y habló del “racismo” y “el clasismo” existente y fruto de la “herencia colonial”.

En medio de estas declaraciones, la palabra “resistencia indígena” retumba con fuerza.

El coordinador de Memoria Histórica y Cultural de México en la Presidencia de la República, Eduardo Villegas, explica para Efe que se debe revisitar el acontecimiento sin festejarlo.

Y recuerda que en el hoy territorio mexicano ya había entonces grupos opresores, como el imperio mexica, y oprimidos, como los tlaxcaltecas: “El grupo que encabeza Cortés logra canalizar todo ese descontento” para vencer el “principal enemigo común”, que eran los mexicas, remarca.

En este contexto se centra la reflexión: “No se trata de revivir una polémica de prohispanismo o antihispanismo, aunque podría haberse entendido de esta manera”.

En cambio, se busca reivindicar el afán de “liberación” de los pueblos originarios y su voluntad para “preservar contra viento y marea” sus tradiciones.