El suicidio, la segunda causa de muerte en el país
En 2016 ocurrieron 6 291 suicidios, lo que representa una tasa de 5.1 suicidios por cada 100 000 habitantes
En los últimos diez años se duplicó en el país la cifra de suicidios en mujeres y aumentó en más de 50 por ciento entre jóvenes de entre 15 y 29 años de edad, convirtiéndose así en la segunda causa de muerte después de los accidentes de tránsito.
En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio que se conmemora este 10 de septiembre, el doctor Miguel Malo Serrano, preciso que el 75 por ciento de suicidios ocurre en naciones de medianos y bajos ingresos en América Central y México; 64 por ciento sucede por ahorcamiento o asfixia, 19 por ciento por envenenamiento y diez por ciento por armas de fuego.
Como parte del conversatorio la prevención del suicidio en los jóvenes, efectuado en la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), añadió que si bien la tasa de casos en el país no es la más alta de la región ni la más alta en el mundo, comparada con zonas asiáticas, preocupa la tendencia permanente al aumento, “de ahí la necesidad de establecer políticas de intervención”.
El asesor en enfermedades crónicas y mentales de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) destacó que en México se trata de un problema de salud pública que debiera estar en la prioridad de los gobiernos.
Por su parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social informó que se proporciona tratamiento médico, terapéutico y las herramientas necesarias a personas que han intentado suicidarse a fin de que no vuelvan a atentar contra sus vidas.
El doctor Roberto Manuel Rosales Tristán, especialista del Hospital de Psiquiatría con Unidad de Medicina Familiar No. 10 del IMSS, recomendó a la población estar atenta cuando una persona presente síntomas de depresión, ansiedad, cambios abruptos en el comportamiento; se despida de sus seres queridos o se reconcilie tras diferencias que tuvieron por años.
Otras características, dijo, pueden ser el cambio de amistades reciente, inicio del consumo de sustancias nocivas, comportamiento retraído aislado, entre otros; dichos cambios deben ser valorados por el especialista para determinar si hay riesgo de intento de suicidio.