El Covid cambió el actuar médico en México y el mundo: Médico Inmunólogo SEMAR
Después de 27 años de servicio activo en la Secretaría de Mariona - Armada de México, y con las experiencias que ha vivido en la atención del “COVID-19”, en estos últimos meses, el Doctor Méndez Rodríguez, aseguró que acertó a la profesión que eligió como de Médico Naval.
Originario de Irapuato, Guanajuato con 46 años de edad, y 27 de servicio activo en la Armada de México, el Capitán de Fragata del Servicio de Sanidad Naval (SSN) Médico Cirujano, Inmunólogo Miguel Leonardo Méndez Rodríguez, nunca pensó ser parte del equipo de coordinación del Comité “COVID”, del Centro Médico Naval.
Para él la llegada del “COVID-19”, desde el punto de vista profesional, cambio la perspectiva del actuar médico en México y el Mundo, porque es una enfermedad infecto-contagiosa, nueva para la humanidad, por lo cual los protocolos de actuación no estaban totalmente escritos.
“Nos ha tocado, prepararnos intensamente para hacerle frente a una enfermedad que se nos vino de golpe, sin duda la preparación del cuerpo médico es importante, para hacer frente a esta enfermedad”.
Desde muy pequeño, Miguel se interesó por la medicina, ya que su padre convivía con médicos, además asegura siempre ha tenido una vocación por ayudar a los demás, cuando ingreso a la Escuela Médico Naval, siempre tuvo la convicción de que ayudaría a muchas personas.
Con el pasar de los años; meses antes de que llegara a México el “Coronavirus”, en base a lo que vivían otras naciones, en México se creó, un comité científico – técnico para hacer la preparación a la pandemia que se avecinaba.
“Con esa lógica el Centro Médico Naval, se remodeló y adecuo sus instalaciones para tener las rutas de acceso al tratamiento de cada uno de los pacientes COVID”.
Esta preparación requirió involucrar a todo el personal del Centro Médico Naval, a participar en academias, para que se tuviera conocimiento de la enfermedad, tanto en los aspectos preventivos como en los aspectos técnicos como emocionales.
“Porque sabíamos que esta enfermedad iba a impactar en la moral del personal, así como las jornadas de trabajo porque sabíamos que iban a ser dos veces más que lo normal y sacrificar a la familia”.
Esto llevó al cuerpo de Sanidad Naval, tanto médicos, enfermeros y personal de limpieza a prepararse por lo menos dos meses antes y hacer conciencia sobre el aislamiento total de la familia que vivirían.
“Tengo muy presente a nuestra primera paciente que ingresó al Centro Médico Naval, se recibió el 23 de Marzo, fue una paciente mujer de 55 años, diabética, y empezamos a ver con ella los aspectos de la enfermedad con ella”.
A partir de ahí el cuerpo médico naval han tenido imágenes de pacientes que han sido dados de alta, así como los pacientes que lamentablemente han perdido la lucha contra el virus.
“Sin duda también los pacientes que han fallecido, que nos han impactado desde el punto de vista personal y profesional porque no existe una sola persona que haya conocido a un amigo o a una familia que haya padecido de esta enfermedad, eso es algo que tenemos muy presentes desde el inicio hasta la fecha”.
Para el Capitán Méndez Rodríguez, cuando una persona fallece por esta enfermedad le impacta directamente en lo emocional, luego de haber luchado con el paciente, contra el enemigo invisible día con día.
Lamentablemente en estos siete meses, más de una ocasión ha tenido que ser el portador de dar los informes y malas noticias a los familiares.
“Es difícil, siempre notificarle a alguien, que falleció una persona y más cuando vamos el día a día con él, tratándolo, e hicimos todo lo posible y finalmente fallece es un proceso muy difícil, que tenemos que sensibilizarnos, con la persona a la que le estamos dando los informes, notificarle y ver la devastación que ocasiona, sin duda impacta mucho y nos sigue impactando todavía”.
Para el Médico Inmunólogo, a pesar de que los pacientes tienen la misma enfermedad, cada persona representa un caso y un reto diferente, por las condiciones y los factores de riesgo que conllevan y que propician un desenlace fatal.
“Sabemos que las personas que tienen obesidad, que tienen sedentarismo, que fuman y que tienen alguna otra enfermedad crónica como la diabetes, enfermedades renales o del corazón, son las personas que tienen mayor riesgo de complicarse, además existen los grupos vulnerables como las personas mayores de 80 años”.
Por el contrario, cuando una persona logra vencer la enfermedad y es dada de alta; para los médicos genera otro tipo de emoción.
“Es una experiencia muy emotiva, que hemos visto en más de una ocasión y ver a un paciente que se recupera, que lo tuvimos por tres o cuatro semanas y que sale por su propio pie o en una silla de ruedas y que su familia lo viene a recoger, lo espera con globos o hasta le cantan, es una parte que nos llena de mucha emoción”.
Esa emoción de la que habla en Capitán Méndez, va más allá, porque los pacientes que han sido dados de alta, en el seguimiento del tratamiento, mediante las rehabilitaciones que se proporcionan, permiten volver a coincidir con el paciente.
“Es una gran satisfacción volverlos a atender, ya que se fueron de Alta y los vemos en las consultas de control, también esa parte es muy gratificante, ver que paciente que salió del hospital y ver que regresa a las tres, cuatro semanas, que regresa a su etapa de rehabilitación y de control y ver que se está recuperando de manera satisfactoria”.
El también Médico Cirujano, es padre de tres hijos de seis, ocho y doce años, y el no verlos, ha sido una de las partes más difíciles y complicadas durante los meses que lleva atendiendo pacientes COVID en el Centro Médico Naval.
“Al principio fue muy difícil decirle a mis hijos, que no iba a regresar una o dos noches a casa y que tenía que regresar al hospital y eso impacta porque a veces no regreso a casa porque me tengo que quedar aquí en el hospital”.
Otra situación difícil que ha enfrentado, es el no poder ver a sus padres desde que inicio la pandemia, ya que residen en Irapuato.
“Estamos aislados totalmente, solamente por llamadas telefónicas o por video llamadas, es el único contacto que tengo con ellos, y entender su desesperación porque ellos están solos y eso impacta también en lo personal”.
Sin embargo el aspecto de la seguridad del personal de sanidad, ha sido muy importante para evitar cualquier tipo de contagio, bajo los protocolos que ha establecido la Secretaría de Marina, y que se han instaurado en el Centro Médico Naval.
“El pensar que si yo hago las cosas bien, va ha hacer que yo pueda regresar seguro a casa, es algo que lo tenemos presente todos los días y en cualquier momento llegar a casa y abrazar a los hijos y convivir a veces el poco tiempo que tenemos pero con la seguridad de que no somos un riego para ellos”.
A pesar de los meses, la pandemia sigue impactando día con día, por ello una de las terapias que se ha auto impuesto el Doctor Méndez, es que en la soledad del aislamiento evalúa su actuar diario buscando mecanismos de escape.
“Hacer un análisis al terminar la jornada, y en nuestros pocos momentos de soledad, ver si hicimos las cosas bien y tratar de descargar esas emociones con algunas actividades, quizás leyendo un poquito algún libro, escuchando música, para tratar de dispersar todo eso que vamos acumulando en una jornada intensa de trabajo con los pacientes”.
El Coronavirus, es una enfermedad tan nueva, que no existen libros que expliquen, como invade a una persona, o como se puede curar, pero, para el Médico Naval, a la par de que se atiende la enfermedad se está escribiendo su historia.
“Pero los conceptos básicos de valores, humanísticos y profesionales están, presentes para nosotros poder sobre llevar esta enfermedad”
La parte del trabajo en equipo, en el Centro Médico Naval, se basa en que cada uno de sus integrantes, saben que tienen una función específica y que unos dependen del trabajo de otros, lo que es importante para que todo funcione correctamente.
“El personal está muy comprometido en hacer su trabajo, su función, porque la seguridad de uno es la seguridad del otro y ese es un concepto que se maneja muy sincronizado todos los días, en los aspectos de la atención a un paciente con COVID”.
El tiempo de atención a este virus mortal ha llevado a Miguel Leonardo, a entender que a pesar de que es una enfermedad infecto-contagiosa, se puede atender y se puede salir bien librado haciendo lo que corresponde.
“Si nos cuidamos y acatamos las medidas de seguridad, usamos el cubre bocas el distanciamiento social, lavarse las manos, hacer ejercicio, mejorar las condiciones de salud que son importantísimas, dejar de fumar y comer bien esa, y convivir con la familia es la parte que permite que pidamos combatir la enfermedad y que sin duda llegará el momento en que lo podamos controlar”.
Sobre el fututo de la pandemia por el “SARS-Cov-2”, en México, hacer pronósticos es muy aventurado pero se podría hacer que la propagación sea menos intensa.
“Hoy en día, sin duda la enfermedad ha entrado en una fase, diferente en la cual si está disminuyendo la propagación y dispersión obviamente esto es lo más geográfico, pero podemos lograr la disminución si la gente sigue aplicando las medidas básicas de seguridad”.
Sobre todo, con la llegada de la temporada invernal, se incrementaran las enfermedades respiratorias como la influenza y sin duda, el uso del cubre bocas, ayudará a evitar la coinfección.
“Si seguimos aplicando las medidas de mitigación podremos hacer que esto deje de dispersarse, rápidamente y lo podamos controlar, en un mediano o corto plazo”.
Después de 27 años de servicio activo en la Secretaría de Mariona – Armada de México, y con las experiencias que ha vivido en la atención del “COVID-19”, en estos últimos meses, el Doctor Méndez Rodríguez, aseguró que acertó a la profesión que eligió como de Médico Naval.
“Me siento muy orgulloso de ser Padre, Médico y de ejercer mi Profesión”.
Sin lugar a duda, la actuación del Médico Cirujano, Inmunólogo Miguel Leonardo Méndez Rodríguez al salvar vidas de esta terrible enfermedad llamada “COVID-19”, además del aislamiento de sus seres queridos, algún día tendrá una recompensa, sobre todo en el reconocimiento de su loable labor.