Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina
Se celebra anualmente el 6 de febrero para denunciar los efectos de la extirpación total o parcial de tejido de los órganos genitales femeninos, particularmente del clítoris (clitoridectomía), con objeto de eliminar el placer sexual en las mujeres, considerando razones culturales, religiosas o cualquier otro motivo no médico.
Este 6 de febrero, en el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, te contamos algunos datos de Naciones Unidas y de la Organización Mundial para la Salud (OMS) sobre esta práctica considerada internacionalmente como una violación de los derechos humanos de mujeres y niñas.
¿Qué es?
La mutilación genital femenina “comprende todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos”, según la OMS.
Estos procedimientos pueden producir hemorragias graves y problemas urinarios, “y más tarde pueden causar quistes, infecciones, complicaciones del parto y aumento del riesgo de muerte del recién nacido”, explica la organización.
En la mayoría de los casos la práctica se realiza en la infancia de la niña, en algún momento entre la lactancia y los 15 años.
¿Dónde se practica?
Según Naciones Unidas, solo en 2020, 4,1 millones de niñas están en riesgo de sufrir mutilación genital femenina.
“Más de 200 millones de mujeres y niñas vivas actualmente han sido objeto de la mutilación genital femenina en los 30 países de África, Oriente Medio y Asia donde se concentra esta práctica”, según la OMS.
Estos países “están experimentando un alto crecimiento poblacional. En ellos, al menos el 30% de la población femenina son menores de 15 años”, dice el sitio web de Naciones Unidas.
Prevenir la mutilación genital femenina cuesta 95 dólares por niña, de acuerdo con la ONU.
“¿Beneficios para la salud? Ninguno. ¡Solo daños!”, explica la OMS. La mutilación genital femenina no aporta ningún beneficio a la salud de mujeres y niñas, y simplemente “refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada, y constituye una forma extrema de discriminación de la mujer”.