De oficio reportero – Desgracias y denuncias
Ahí comenzaron a llegar familiares de muchos de esos pasajeros fatales que no llegaban a sus hogares como todos los días, después de trabajar.
Por: Raúl Sánchez Carrillo
Apenas quedó registrada la tragedia del rompimiento de una trabe de la Línea 12 del Metro en Tláhuac, como de inmediato quedó marcada como si se hiciera con fierro ardiendo, la desgracia de hasta hoy 28 familias mutiladas de algún miembro que perdió la vida en la agolpada pila humana en que se convirtieron dos vagones del trasporte colectivo mas importante de la ciudad, y 80 familias mas que tuvieron a algún familiar herido y mal atendido en los hospitales del ISSTE o el IMSS o en de Xoco, Magdalena de las Salinas y otros.
La respuesta de las autoridades capitalinas fue débil, mediocre, ofendía. Al sitio del accidente, que además para la Jefa de Gobierno, fue Incidente, llegó ella misma a ver con sus propios ojos aquel dantesco panorama. El ulular de sirenas de ambulancias ensordecía a todos los que ahí se encontraban.
Héroes anónimos, como siempre, Bomberos, Policías capitalinos, vecinos y voluntarios, continuaban rescatando a los heridos a los que sacaban por ventanas de vagones o por las forzadas puertas de los dos vagones que hicieron una V por la posición en la que quedaron, entre cables de ata tensión, de tubos de frenos , de mangueras de aceite y de nubes de polvo.
Ahí comenzaron a llegar familiares de muchos de esos pasajeros fatales que no llegaban a sus hogares como todos los días, después de trabajar. Se agolpaban preguntando en la ya cercada zona. Preguntaban por los nombres de los heridos sin saber que muchos de ellos eran mas que lesionados. Muertos.
La pesadilla se empezó a hacer eterna. Horas y horas en lo que se tomaban datos a quienes podían hablar al ingresar a algún hospital. Otros permanecían como desconocidos. Y vino otro golpe a la tragedia. No había material quirúrgico para operar a quienes lo necesitaban ni material de curación a quienes les urgía recibirlo.
Fueron varias horas de lo que nunca olvidaran primero los familiares de las víctimas. Tampoco la olvidarán las autoridades actuales y las que como Marcelo Ebrard Casaubón, actual secretario de Relaciones Exteriores y quien se empeñó hasta lograr construir la Línea Dorada ´´con la tecnología mas avanzada del mundo´´gritaba con voz en cuello o Mario Delgado Carrillo, actual presidente de Morena y entonces secretario de Finanzas de la capital .
A mas de 10 días de la tragedia, de primero 10 mil pesos hasta llegar a 650 mil por deudos, hasta ahora cuando las familias de los muertos van a demandar ante Ministerio Público las autoridades por homicidio, negligencia, daño moral, y o que resulte, de nuevo la autoridad sale a querer detener los efectos del hecho.
No lo van a lograr. Vendrán demandas y con ellas la lupa popular en la Fiscalía General de Justicia de la CDMX. Con la rabia que sin duda en esa gente acompañará en las elecciones del 6 de junio, se buscará Justicia. Para ver a quienes o quien resulte responsable tras las rejas .
Y finalmente, por mas asuntos que las autoridades locales y federales buscan poner para desviar la atención, no lo van a lograr.
