Cuchufleto espera a su dueño que falleció en Mina de Múzquiz
La historia de Cuchufleto recordó a quienes lo vieron a ‘Hachiko‘, el perro japonés que esperó a su dueño en el mismo lugar por años tras la muerte de su dueño. Dicho relato fue llevado al cine y ‘Hachi’ tiene una estatua en su honor.
El perro Cuchufleto se ha vuelto famoso en Coahuila y muchos lo han llamado ‘El Hachiko mexicano’ porque al igual que en la película ha esperado por horas y días a su amo, uno de los hombres que murieron en la Mina del municipio de Múzquiz.
De hecho, Cuchufleto no se ha movido de la entrada de bocamina de “Micarán”, la mina de carbón colapsada donde murieron siete carboneros y entre los que se encuentra su dueño.
De acuerdo con los aledaños, el perrito llega todos los días a ese lugar con la esperanza de volver a ver a su dueño, Gonzalo Cruz Marín, de 55 años de edad, vecino del mismo mineral de Rancherías.
Sin embargo, el hombre fue el cuarto de los cuerpos rescatados este pasado domingo después de que las paredes del manto carbonero se derrumbaron por una inundación y dejaron atrapados a siete trabajadores.
‘Chucho’ como le llaman cariñosamente, es un perro que sufre la pérdida de su dueño y compañero, pues aulla y llora por la ausencia de Gonzalo.
La viuda de Cruz Marín, Sandra Idalia compartió la historia del can en un video para un medio local que fue posteriormente difundido en redes sociales.
Idalia comentó que su esposo trabajaba dos turnos seguidos, ‘de primera y de segunda’, el can lo acompañaba en la mañana y posteriormente regresaba a casa a comer, después por la tarde iba y lo buscaba.
La mujer señaló que esa era la rutina de ambos. “El día del accidente ahí estaba mi perro con mi esposo y olfateaba, luego rascaba y rascaba en la bocamina, movía la cola, aferrado porque sabía que ahí estaba mi esposo”, dijo.
Relató que Chucho esperó hasta que sacaron el cuerpo de Gonzalo, señaló que ella le habló para darle de comer, pero el can no le hacía caso y se negaba a probar alimento.
La historia de Cuchufleto recordó a quienes lo vieron a ‘Hachiko‘, el perro japonés que esperó a su dueño en el mismo lugar por años tras la muerte de su dueño. Dicho relato fue llevado al cine y ‘Hachi’ tiene una estatua en su honor.