Aracnofilía: las arañas llegan al Museo
ISABEL INCLÁN / NTX
El Royal Ontario Museum (ROM) de Toronto inauguró una gran exposición de arañas vivas y disecadas, que incluye 400 especímenes de las 48 mil diferentes especies de arañas que se tiene conocimiento y explica cómo estos animales han sobrevivido 300 millones de años, más que los dinosaurios.
Esta es la primera vez que el museo, que en anteriores muestras ha exhibido un esqueleto de ballena gigante, muestra ahora animales vivos. En total son 18 diferentes tipos de arañas vivas, incluyendo tarántulas y otros arácnidos.
A través de videos, proyecciones multimedia y módulos interactivos, el visitante puede experimentar estar rodeado virtualmente de estos animalitos de ocho patas. Además de presentar su danza ritual de cortejo, su cambio de piel y reproducción, la muestra incluye una capa dorada hecha de telaraña e información de cómo se utiliza científicamente su veneno. Desarrollada originalmente por el Australian Museum, la exposición Arañas: Miedo y fascinación, se estará exhibiendo en el museo canadiense hasta el 6 de enero de 2019.
Especies como la viuda negra, tarántula, la amarilla de jardín, del desierto, albina goldenrod crab, Peacock, Hobo y cientos de diminutas arañas son exhibidas aquí, incluyendo un fósil descubierto en Argentina en 1980 y que había sido aclamado como el fósil de araña más grande, pero recientes investigaciones comprobaron que se trata de un tipo de escorpión marino.
El actual récord de la araña más grande es un fósil de hace 165 millones de años conocida como Mongolarachne jurásica. Las arañas de las cuevas de Tasmania han vivido por 200 millones de años y sus largas patas, que llegan a medir 18 centímetros, las convierten en unas de las más grandes de Australia.
A diferencia de los insectos que tienen seis patas y antenas, estos arácnidos de ocho patas y dos o más ojos, sin antenas pertenecen al grupo de los arácnidos, con los escorpiones, garrapatas y ácaros. Son las únicas criaturas que producen telaraña.
La telaraña les sirve como protección frente a otros depredadores, para atrapar a su presa, atraer a su pareja y albergar sus huevecillos. Con sus diferentes colores, formas y tamaños, estos arácnidos tienen la capacidad de camuflarse e, incluso, imitar a otros animales, como escarabajos y hormigas, para sobrevivir. Algunas especies, como la viuda negra, se comen a su pareja después del apareamiento, mientras que otras se entregan como primer alimento de sus crías.
El veneno de las arañas ha sido estudiado por los científicos para crear lo mismo insecticidas y tratamientos de enfermos de dolores crónicos, que para la epilepsia, el corazón y otras enfermedades.
La muestra se enfoca en romper los mitos negativos en torno a la mayoría de las arañas — como el de la tarántula, “que muy pocas veces pica”— y su veneno, pues aunque se le considera letal, en realidad equivale a las molestias de la picazón de una abeja. “Entre más aprendemos de las arañas, menos les tememos”, señalaron los curadores.