Día Mundial del Chicle
El popular nombre de chicle deriva de la palabra náhuatl tzictli, que desde la época precolombina se usó para nombrar al polímero gomoso que se obtiene de la savia del Manilkara zapota, originario de la región mesoamericana.
Sí, el chicle, esa pequeña goma de mascar pegajosa y de distintos sabores también tiene un día en el calendario mundial. Por eso, hoy, 13 de enero, se celebra el Día Mundial del Chicle, una fecha para no parar de masticarlo y hacer pompas con él.
Es divertido, es fresco y es juvenil. Con diferentes formas y colores, los ‘Bubbaloo‘, los ‘Boomer’ y aquellos con forma de melón han formado parte de la infancia de millones de niños de todo el mundo, han sido imprescindibles en películas como ‘La fábrica de chocolate’ y existe un récord de la pompa más grande del mundo, conseguido por Chad Fell, quien alcanzó un globo de 50 centímetros de distancia a la boca.
Además, en California existe un callejón conocido como ‘Higuera Street’ el cual acumula chicles pegados en sus paredes desde la década de los 60, convirtiéndose en un destino turístico más de la ciudad.
Su origen se remonta al 28 de diciembre de 1869 cuando William Semple patentó esta golosina. Sin embargo, ya en la Antigua Grecia era consumido en forma de resina de entina aunque fue en Chile donde se encontraron los primeros yacimientos arqueológicos con una masa de chicle formado por Boldo y distintas especies de animales, que tienen más de 14.000 años.
Pero no te preocupes porque seguro que habrás oído en más de una ocasión que tragarte un chicle puede llevarte a la muerte. Tranquilo, solo se trata de un falso mito ya que tu cuerpo seguirá el proceso normal de digestión hasta expulsarlo, por lo que ya puedes masticarlo tranquilamente, algo que disminuirá tu estrés y te ayudará a vocalizar, hablar y respirar mejor.
