Nació Ignacio Aldama el 7 de mayo de 1769
Patriota mexicano. Miembro de una familia criolla, estudió derecho en la capital mexicana. Pronto entró a formar parte de los círculos de criollos descontentos con el régimen colonial que en 1808, a raíz de la invasión napoleónica de España, plantearon la necesidad de reformas aprovechando el vacío de poder en la metrópoli. Con su hermano […]
Patriota mexicano. Miembro de una familia criolla, estudió derecho en la capital mexicana. Pronto entró a formar parte de los círculos de criollos descontentos con el régimen colonial que en 1808, a raíz de la invasión napoleónica de España, plantearon la necesidad de reformas aprovechando el vacío de poder en la metrópoli. Con su hermano Juan Aldama, Ignacio Aldama participó en la conspiración de Valladolid (1809) y en las juntas secretas de Querétaro y de San Miguel (1810).
Los conjurados de Querétaro, entre los que figuraban el corregidor Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortiz, el cura Miguel Hidalgo, el militar Ignacio Allende y su hermano Juan Aldama, planeaban un alzamiento contra las autoridades virreinales. Descubiertos sus planes, Miguel Hidalgo optó por adelantar la insurrección; el 16 de septiembre de 1810, en la población de Dolores, efectuó un llamamiento a las armas (el célebre «Grito de Dolores») que tuvo un seguimiento masivo. Si bien el objetivo original era destituir al virrey Francisco Javier Venegas y constituir una junta de gobierno que ejerciese la soberanía en nombre de Fernando VII, pronto el movimiento se radicalizó hacia posturas abiertamente independentistas.
Ignacio Aldama se unió de inmediato en San Miguel el Grande a los rebeldes, y asumió inicialmente la jefatura municipal y militar de San Miguel el Grande. Luego fue nombrado mariscal de campo de las tropas lideradas por Miguel Hidalgo, a las que se unió pocos días antes de la Batalla de Aculco (7 de noviembre de 1810). Los insurrectos, faltos de armas y de disciplina miliar, fueron derrotados por el ejército realista del mariscal español Félix Calleja.
Ignacio Aldama marchó entonces a Guanajuato, ciudad en la que colaboró con la publicación El Despertador Americano e intentó organizar un gobierno independiente. El propio Hidalgo lo designó luego embajador en Estados Unidos. Pero, desde la derrota de Aculco, el movimiento no había podido sino retroceder ante el acoso de los españoles; a finales de 1810 habían ya caído Guanajuato y Valladolid. Cuando intentaba llegar a través de Coahuila a los Estados Unidos, Ignacio Aldama fue detenido por las tropas realistas españolas. Trasladado a Monclova, fue fusilado el 20 de junio de 1811.