“El juego de Ana”, un juego de espejos que desvela más de un enigma
Enero de 1905, San Petersburgo. Los anarquistas intentan impedir con un atentado la manifestación multitudinaria que lidera el padre Gapón; la bella Clementine colocará la bomba en el tranvía que cruza el río Neva congelado. Los hijos de Ana Karenina, que llevan a cuestas la fama de la bella suicida, irán a la ópera. El […]
Enero de 1905, San Petersburgo. Los anarquistas intentan impedir con un atentado la manifestación multitudinaria que lidera el padre Gapón; la bella Clementine colocará la bomba en el tranvía que cruza el río Neva congelado. Los hijos de Ana Karenina, que llevan a cuestas la fama de la bella suicida, irán a la ópera. El zar se ha interesado en adquirir para su colección el retrato de Ana. Al remover la bodega para sacar este retrato, se descubre una caja que perteneció a la Karenina con el manuscrito de Ana, en dos versiones.
La primera incluso gozó de buena apreciación de un editor potencial. Sin embargo, Ana no estaba conforme y reescribió su novela. El segundo manuscrito es ese texto. El libro de Ana (Alfaguara) retoma las tramas de los cuentos para niños; hilándolos, retrata la exasperación de su ánimo.
León Tolstoi escribió que Ana Karenina fue autora de un libro “de primera calidad… notable”. He aquí el recuento de cómo salieron del olvido los folios de esa obra.
En esta novela, íntima y sorprendente, los personajes se tornan personas y también viceversa, en un interesante juego de espejos que desvela más de un enigma.